Descripción
Nota de los editores
Tienen los lectores en sus manos una verdadera joya y ello por muy diversos motivos. Cuando los autores de este trabajo se pusieron en contacto con nosotros para estudiar su posible edición, no entendíamos muy bien su alcance y pretensiones. Bastó una explicación de don José Luis Marcos para que todo quedara claro.
Este libro es el resultado de las investigaciones de un grupo de jubilados cuyo tiempo de júbilo se ha empleado en perseguir una idea simple pero poderosa que diera respuesta a una cuestión no resuelta –y no sabemos si planteada– por la arqueología oficial: de algún lado tenía que llegar el agua a Astúrica Augusta en sus gloriosos tiempos de pertenencia a Roma.
Al carecer de formación adecuada a sus objetivos y carecer también de apoyo institucional, su trabajo es heterodoxo y magnífico. Su conclusión es desbordante y atrevida: ahí tienen ustedes las canalizaciones romanas que en su día trajeron el agua desde el noroeste. Y muchas más cosas, como irán viendo a lo largo del libro.
Y el método empleado no puede ser más controvertido: la teoría zahorí, la radiestesia, con todo su misterio y toda su magia; con sus péndulos y sus varillas; con sus respuestas antiquísimas y excitantes.
Disfruten ustedes de este paseo por los campos vecinos de Astorga y los relatos, nada académicos y por lo tanto seductores, de sus autores. ¡Ah! Y como al final tengan razón…
Prólogo de Ángel Albarrán Albarrán
Dado que gran parte de lo que se expresa a continuación en este libro ha sido descubierto basándose en la radiestesia, hacemos a continuación, una introducción para saber en qué consiste dicha técnica.
El ser humano, desde los primeros tiempos, buscaba sus asentamientos cerca de lagos, ríos, acuíferos, etc.
Como es sabido, el agua es un bien natural necesario para la vida. Las personas fueron haciendo fuentes, más tarde pozos, etc. Con el afán de buscar agua se dieron cuenta de que una vara, puesta horizontal se doblaba hacia la tierra. Ese punto donde se doblaba la vara se llamó punto positivo y ahí hacían sus chozas. Con el paso del tiempo se dieron cuenta de que el punto positivo era un buen sitio para hacer un pozo. A partir de ahí empieza lo que se conoce, como más antiguo de la práctica de la radiestesia, llamada “Zauri”, (persona que busca agua).
La radiestesia, tal y como se practica hoy en día, se cree que se originó en Alemania durante el siglo XV para buscar metales y fue considerado un acto de brujería.
Radiestesia. Actividad pseudocientífica que se basa en la existencia del magnetismo que desprenden los elementos. Según otras descripciones, dicen que son estímulos electromagnéticos y radiaciones que emiten los Elementos. Se puede considerar como la ciencia que puede utilizarse para descubrir cosas intuitivamente. Muchas personas utilizan la radiestesia para potenciarse en intuición, aunque, realmente, para lo que más se utiliza es para estudiar los misterios de la tierra. Para aclararlo un poco más, es la interpretación del péndulo para encontrar respuestas a nuestras preguntas, o la adivinación a través del péndulo. Todos los elementos pueden ser detectados por unos aparatos sencillos como son los siguientes: el péndulo, varillas en “L”, una vara, y una horquilla en “Y” de cerezo o de castaño, que son las que mejor funcionan según los practicantes de la radiestesia.
La radiestesia se puede emplear para muy diversas aplicaciones, como son: buscar metales, minas, petróleo, algunas enfermedades, objetos, personas, arqueología y agua, la más conocida y la más practicada.
Cómo funciona. Éste es el misterio, pero no sé la respuesta, podía estar relacionada con el radar. El radiestesista lanza una señal, en busca de lo deseado. Cuando el péndulo detecta lo que está buscando, rebota una señal en dicho péndulo, en su lenguaje nos lo dice. También, lo que se está buscando está emitiendo una señal que el radiestesista la capta con el péndulo. El radar puede detectar objetos, pero no puede detectar ni el pasado ni el futuro, con lo cual seguimos sin una respuesta.
Para la práctica de la radiestesia se debe tener una sensibilidad determinada para poder poseer efectividad. No todas las personas tienen un grado de sensibilidad óptimo para realizar la radiestesia y, aún teniéndolo, no siempre se está preparado para realizar la práctica.
Como es sabido, a pesar de tantos descubrimientos de infinidad de cosas, faltan las pruebas científicas sobre su eficacia. Lo cierto es que han demostrado en muchísimas ocasiones que con las varillas de metal en “L”, cogiéndolas con la mano, al pisar un tubo, por el que pase agua, la varilla se mueve en la dirección que lleve la corriente. Sin embargo, existen algunas personas que piensan que las varillas las mueve el practicante. Muchos autores de libros admiten que el ser humano es sensible a pequeños informes que desprenden los campos magnéticos de los Elementos. Para la búsqueda del agua, como hemos dicho, es para lo que más se ha usado la radiestesia.
Este sistema de buscar agua se viene utilizando desde hace más de 4.500 años y se sigue utilizando hoy en día. A la falta de pruebas científicas sobre su efectividad, es verdad es que es efectivo de un 65 a un 80 por ciento.
El péndulo. Existen varios tipos de péndulo, como son: el de madera, de cuarzo, de cristal, de metal, etc. Todos ellos son eficaces. Cada radiestesista, para trabajar se identifica con uno de ellos. La mayoría de los radiestesistas utilizan el muestrario de lo que se está buscando, bien dentro del péndulo o en la mano contraria a la que maneje el péndulo. (Mi caso).
Lenguaje del péndulo. Es la forma de responder el péndulo a las preguntas del radiestesista, siendo las más importantes la afirmativa, sí, (en mi caso cuando es afirmativa el péndulo me gira en círculo hacia la derecha, tal como las agujas del reloj), negativa, no, dirección, de adelante atrás o de izquierda a derecha. Cuando voy aproximándome a lo que estoy buscando, comienza a querer girar haciendo fuerza hacia el punto que se está buscando. Cuando se está encima del objeto o en el punto, gira homogéneo sin querer llevarme a ningún lado.
Forma de trabajar. Voy aponer un ejemplo de ir a buscar agua a una finca. El primer pensamiento que se tiene es el de recorrer la finca citada hasta que las varillas o el péndulo marquen el agua. De esta forma no se hace, ya que resultaría un trabajo agotador. Por ello, la manera más rápida es triangular la finca citada. Voy a una esquina de la finca, saco el péndulo y le pregunto a este aparato si me hallo preparado para el trabajo que voy a realizar. Si el péndulo me responde sí, adelante, desde el mismo punto donde me hallo, le pido a continuación, la dirección del máximo caudal de agua que hay en la finca, una vez me dé la dirección tomo la referencia de esa dirección, me voy a otra esquina y realizo la misma operación. En la intersección de las dos líneas es el punto más eficaz para construir el pozo y donde más agua hay.
Los párrafos tomados con variación del Libro del péndulo, el resto son mis conocimientos, de trabajar actualmente.
Astorga, 8 de octubre de 2010.
Ángel Albarrán Albarrán
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