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El Manifiesto de los Cien

Descripción

Este libro relata con toda precisión cómo en 1981 cien Oficiales y Suboficiales del Ejército de Tierra español, redactaron y firmaron un Escrito en respuesta a las calumnias que sufría el Ejército en aquellos años. La Prensa lo denominó «Manifiesto de los cien». Publicado por Europa Press, única agencia que se comprometió a ello, fue, de forma simultánea, difundido en todos los Medios de Comunicación Social incluidos Radio y T.V.

También describe con toda verosimilitud y detalle las «aventuras» vividas por los que tuvieron la misión de su entrega a la Prensa y cómo dos agencias presentaron su negativa ante la responsabilidad que implicaba la publicación del «Escrito», agencias y diarios que, por otra parte, presumían orgullosamente de disponer y disfrutar por fin de la «Libertad de Expresión».

El texto de este escrito iba dirigido a los Medios de Comunicación Social y expresaba de una manera contundente, el profundo malestar que sufrían los militares de nuestro Ejército ante los continuos ataques e infundios vertidos por algunos de estos Medios en aquellas décadas de 1970 y 1980.

Relata igualmente las diferentes opiniones sobre su contenido de «personajes y personajillos» de aquella época, las correspondientes sanciones, su trascendencia y posteriores consecuencias.
El autor


 

Prólogo de José Utrera Molina[1]

A lo largo de mi ya extensa vida, he tenido que prologar algunas publicaciones en las cuales me unía el compartir con ellas creencias y convicciones. Hoy quizás por vez primera, y a petición del autor de “El Manifiesto de los Cien”, escribo con orgullo para servir a la verdad.

Nadie duda de que la actual vida de España esté infectada por el imperio del rencor y de la mentira. Sobre la Institución militar a la que yo me honro en pertenecer, aunque de forma romántica, por ser alférez de la Milicia Universitaria, –época inolvidable que moldeó mi carácter y mi formación– se han vertido toda clase de injurias y de descalificaciones. Soy adicto a los que creen y confiesan que la Institución militar, el Ejército, no es otra cosa que la salvaguardia de lo permanente, no hay un pueblo ni un Estado con mínimos su-puestos de organización que prescinda de la seguridad que corresponde a la Institución militar. Durante todo este tiempo los ataques han sido permanentes e injustos, las agresiones, rencorosas y malintencionadas y mientras tanto, el deber sagrado de la disciplina ha mantenido a nuestros soldados en una posición tan estoica como peligrosa y discutida.

Yo soy de los que opina que no hay un Estado vertebrado por la dignidad que prescinda del valor del Ejército. Conozco a muchos de sus jefes, tengo por orgullo la compañía de muchos Capitanes que han sido amigos inseparables. Nunca advertí actitudes que pudieran poner en peligro la seguridad del Estado, pero el continuo ataque a la esencia de la Institución ha producido una gran mella en el alma del Ejército.

Siempre he lamentado las consecuencias verdaderamente crueles que tuvo la gesta gallarda y por muchos desconocida de la reacción de muchos de los miembros de nuestras FAS ante los hechos del 23 de febrero de 1981 y que están abismalmente distantes de la realidad hoy muy controvertida –y no suficientemente aclarada– de la esencia de aquel suceso, de la que a mi juicio no estuvieron ausentes elementos muy destacados de la jerarquía histórica española.

Mientras se alaba y se destaca la figura política de quien fue el asesino de miles de españoles y sobre todo, de muchos militares en Paracuellos del Jarama, se olvida la generosa y abnegada contribución que las Fuerzas Armadas han ofrecido siempre a España, yo escribiría que en un amplio espacio ocupado por todos aquéllos que sienten veneración por la verdad.

Al leer “El manifiesto de los Cien” que no es otra cosa que un relato de las injusticias cometidas contra quienes quisieron mantenerse fieles a la esencia de las Fuerzas Armadas, yo no escribo un prólogo sino que hago una confesión. La que me permite identificarme por completo con el alma y el espíritu del Ejército español. Aunque mis credenciales como Alférez están ya apergaminadas y amarillentas yo siento en mi corazón la estrella que llevé con orgullo durante los mejores meses de mi vida. Con ese recuerdo y con mi admiración rendida hacia la valoración histórica de las Fuerzas Armadas, rubrico estas líneas en las que no falta la emoción y el sentimiento de reconocimiento y de admiración que siempre he sentido por el Ejército de España.

José Utrera Molina

 

[1] José Utrera Molina (Málaga, 1926). Abogado y político español. Subsecretario de Trabajo (1969-1973), Ministro de la Vivienda (1973) y Ministro Secretario General del Movimiento (1974-1975). Es autor del libro Sin cambiar de bandera, Planeta, 1989 y 2008.

El Manifiesto de los Cien

Autor Rogelio González Andradas
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Editorial CSED

Rogelio González Andradas

Rogelio González Andradas

Rogelio González Andradas

Coronel del Arma de Infantería, perteneciente a la XXVII Promoción de la Academia General Militar de la que salió con el empleo de Teniente en el año 1972.

Cuenta entre sus destinos más destacados, la Brigada Paracaidista, la Agrupación de Tropas Nómadas del Sáhara, el Regimiento de Infantería Wad Ras nº 55, Policía Armada y Nacional, Regimiento de Infantería "San Marcial" nº 7, Regimiento de Infantería Acorazada "Alcázar de Toledo" nº 61 y Cuartel General Sub-regional de la OTAN.

Promotor, junto a otros militares en 1981, del “Manifiesto de los Cien”.

Es autor de los libros El Manifiesto de los Cien. Crónica de una crisis militar en la Transición española y La Evolución Histórica de España en las Últimas Décadas.

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