ELC – EDICIONES LA CRÍTICA

El Pensamiento Astorgano (1904-1979)

33,65 

Descripción

Aunque un “periódico local” pueda imaginarse lleno de preocupaciones estrechas y provincianas, las publicaciones de proximidad en la España de los siglos XIX y XX acercaron el mundo a sus lectores. Este libro realiza una oportuna introspección en la historia de El Pensamiento Astorgano (1904-1979), un periódico local y familiar de Astorga, España, para recuperar lecciones vitales para nuestro tiempo. El autor, familia del fundador y cuarta generación que escribió en el periódico, demuestra cómo El Pensamiento Astorgano conectó a los lectores con los grandes y singulares acontecimientos de su tiempo, creando una historia continua de lo local y lo global. Hoy, la desaparición de cientos de estas publicaciones deja a los lectores huérfanos e inseguros de su lugar en el mundo. Aún peor, los oportunistas lo saben, y todos sufrimos las consecuencias. Mientras, aguantamos solos. Navegando en la Red, buscando información que nos trascienda, mientras las formas de comunicación más antiguas y probadas -las campanas, el pregonero, el auge y la caída de la prensa- se desvanecen en el estruendo. Se extraña y se necesita “el papel”.

Alexander Trahan

 


INTRODUCCIÓN, por Magín Revillo

Mirar al pasado sin ira es obligación pendiente para sentirnos en paz con nosotros mismos. No somos los primeros, ni seremos los últimos, en estar haciendo historia sin darnos cuenta. Hay todavía quienes se resisten a morir y son capaces hasta de contárnoslo. Este es uno de los casos, un tributo a esos pioneros que buscaban en la vida cotidiana el sentido fundamental de su trabajo. La alegría de llenar folios en blanco sin escatimar esperanzas e ilusiones. Soñaban con cambiar el mundo, olvidándose hasta de sus propios pecados. Eso sí, eran capaces de pecar de noche para sentirse perdonados de día.

La “historia impresa” ha terminado siendo una aportación singular en este mundo de redes e información sin límites. Desde la libertad, contribuyó a enriquecer la convivencia, el debate de pareceres, la discusión de ideas. No levantaron banderas o las levantaron todas para dibujar y vivir tiempos agitados donde hasta las guerras se convirtieron en moneda de cambio. Y a pesar de todo, siguieron tocando calle y viviendo el día a día en ciudades y pueblos que hoy ya ni se parecen. El periodismo ha sido (y debería seguir siendo) la Historia escrita, hablada o retratada cada día sin más aspiración que ofrecer información e ideas a la comunidad a la que sirve. Lo contrario, abonaría la desinformación y el abuso de poder.

José Antonio Carro Celada fue uno de los primeros que reparó en lo que de paradójico tenía y tiene, en particular, la prensa astorgana. Su aportación fue poner en orden algunas cabeceras y fechas que en León y provincia hicieron historia. Su patria chica, Astorga, le obliga a regalarnos un pequeño y único manual con el que descubrir parte de la idiosincrasia de una prensa ideológica y muy poco pendiente de ser, ni tan siquiera, rentable.

El periodismo que se hace en España a finales del siglo XIX es fruto de la inquietud y necesidad de hacer proselitismo ideológico y patrio. La conclusión es todavía más evidente cuando, como es el caso, una parte de la historia del periodismo astorgano pasa por la historia de una familia que hizo de un medio escrito su forma altruista de vida. Editores y directores de prensa vivieron del pluriempleo sin olvidarse de escribir cada día. Escribir siempre hasta aprender a ser muy señores, tan señores como católicos, tan profesionales que aprendieron a nadar y a guardar siempre la ropa.

El Pensamiento Astorgano fue un periódico de Astorga y para los astorganos. Nacía después de haber sido España un imperio. Saludaba al niño-rey Alfonso XIII. Era conservador, pero brillaba cuando un liberal maragato se hacía con la presidencia del Consejo. Aguantaba la dictadura de Primo de Rivera mejor que la llegada de la Segunda República. Aplaudía el Alzamiento y se dejaba llevar por una dictadura franquista que siempre creyó devolvería la Monarquía al trono.

El historiador británico de origen judío, Eric Hobsbawm, añadía el ingrediente de la “desmemoria” como dificultad para llegar a explicarnos el presente. «Los seres humanos somos tremendamente olvidadizos, olvidamos la mayor parte de nuestra historia. Los historiadores existen fundamentalmente para recordarnos lo que la gente olvida. No solo lo que olvida, sino lo que con frecuencia olvida intencionadamente».

La España del siglo XX es la historia de los Revillo y de El Pensamiento Astorgano. Lo que sigue es solo una manera de poner por escrito una parte de los muchos secretos que se han guardado en los libros. Otra parte, como apuntara Hobsbawm, es la que intencionadamente quiso olvidarse. La diferencia está en el relato, en el orden, en la investigación. Descubrir lo que no estaba ya escrito, lo que no nos habían regalado con el argumento. Y aquí está el argumento.

Astorga no es tan bonita como parece, aunque siga siendo la puerta del cielo. Su historia de más de dos mil años tiene claros y oscuros, como todas las historias. Si solo iluminamos el siglo XX y lo iluminamos guiados de la mano de un periódico católico, la fotografía será menos real que la vida misma, pero tendremos una fotografía en color cargada de matices. Nuestro talante ha sido recuperar las sombras, el análisis y el estudio sistemático de realidades sin añadir opinión, pero sin renunciar a las conclusiones.

Lo que fue una tesis doctoral defendida, depositada y publicada en la Universidad Complutense de Madrid –“El Pensamiento Astorgano. Historia de un periódico local y familiar del siglo XX”– acaba convertida en obligado prólogo a este manifiesto en favor de la prensa libre y de proximidad. La primera parte de este trabajo descubre el ser de una familia. Lo que son y lo que aparentan, lo que hacen y por qué lo hacen. La línea de salida es 1866. La meta está marcada a finales del siglo XX. La familia Revillo no es una familia cualquiera. Las etapas que ellos viven tienen tantos claros y oscuros como las historias que viven y cuentan.

Tampoco es lo mismo editar que dirigir un periódico. Ser industrial o ser periodista. Vivir la crisis de 1898 o contar la transición a la democracia después de 1975. Pasar guerras fuera y dentro y no acabar demasiado salpicado por la tragedia llamándose católico. Lo mejor es vivir y, si además se puede, vivir dos veces y dejar vivir.

La segunda parte analiza la obra, el trabajo no siempre bien hecho. El Pensamiento es para los maragatos y para Astorga. Esa es la necesidad de 1904, contar ideas y defender a una Iglesia que se mete en todo. Las noticias de la diócesis, los dimes y diretes de los ciudadanos de a pie, las siluetas, las municipalerías, los carrasclás navideños, las cosas de aquí que se leían desde allí y, eso todo, sin hacer negocio, sin ganar un duro y sin necesidad de libros de cuentas, porque sería mucho peor apuntar los debes más que los haberes. La empresa periodística es todo menos empresa. Casi como la ideología que se defiende, que se reajusta cada día bajo una necesidad de estar a bien con las instituciones. La democracia se aprende y se ejerce hasta en tiempos de dictadura. Mientras se pueda comunicar el camino a la libertad siempre es posible.

La tercera parte es la dedicada a la Iglesia, a los siete obispos que por Astorga pasaron en los tiempos de El Pensamiento y con él se ayudaron a catequizar a la concurrencia para seguir haciendo amigos que llevar hasta los cielos. Siete prelados, siete, acabaron las obras de Palacio, apoyaron la modernización de la ciudad, costearon obras públicas, bendijeron y estrenaron instituto, escuelas y academias, celebraron misas de campaña, enterraron a rojos y azules, confesaron a héroes y villanos, perdonaron y castigaron, abrieron radios y hasta crearon nuevos medios de comunicación, pregonaron la palabra de Dios y vieron cómo, después de la noche, siempre llegaba el día.

Llegados hasta aquí, no debieran tampoco olvidarse aquellos enunciados de antaño con los que Charles Prestwich Scott, propietario y editor del Manchester Guardian, (hoy, The Guardian), celebraba los cien años de vida de su periódico con un artículo en el que sentaba cátedra para añadir complejidad a la tarea informativa: «los hechos son sagrados, pero las opiniones son libres». De aquella frase, de su manifiesta ingenuidad con los ojos del presente, se han llegado a medir y evaluar resultados aterradores.

El informe PISA, publicado en diciembre de 2019, asegura que solo uno de cada diez estudiantes quinceañeros es capaz de distinguir entre hechos y opiniones, cuando se trata de asuntos con los que no están familiarizados. Sería interesante aplicar esa investigación académica a los ciudadanos de a pie que leen periódicos, escuchan radio o ven televisión. Seguramente, la sociedad supuestamente más informada de la historia procesaría con la misma dificultad que los estudiantes los datos, siendo en ocasiones incapaces de saber dónde está la realidad y dónde empieza la ficción. Diría más, qué es verdadero y qué es falso. Cuáles son los hechos y cuáles, las opiniones.

Como contrapunto a los interrogantes a los que nos lleva este mundo nuevo e informatizado, el complemento a toda esta historia e investigación tiene forma de imágenes y de agradecimientos. El vídeo documental que acompañó a esta investigación es la mejor manera de mirar desde la distancia al mañana, la mejor forma de soñar y descubrir que todavía queda mucho por hacer. No están todos los que son, pero sí son, todos los que están. Astorga es una parte de mis cincuenta y pico invitados, ellos la han mimado hasta hacerla de todos. Como todos los que no están, aunque –insisto– están los que son y, por eso, se lo agradezco.

Gracias, también, familia, por exigir y animar. Por creer, por ser Nuria Guitart como eres y por haberme regalado a los dos hijos que nunca voy a merecer. Gracias, Enya, por tu poca paciencia, pero por tu mucho cariño, por tu aportación a ser más y llegar más lejos, por enseñarme a no conformarme con poco y, sobre todo, por ese impecable inglés que adorna un resumen que habría sido incapaz de hacer mejor, por no decir, hacer del todo. Gracias, Mario, por echarme de menos, por decirme que te lleve camisetas que no sean ni del Madrid ni del Barça. Gracias, hijo, por descubrirme que no hay solo blanco y blaugrana y que la vida es de muchos colores como para mirarla solo desde la derecha o desde la izquierda, desde arriba o desde abajo.

Gracias, familia Revillo, por aguantar y leer lo que no sabíais que ya estaba en algunos libros. Gracias, Carmen, querida hermana, por llegar más lejos de lo que nadie había llegado nunca. Gracias por compartir tu osadía, tu descubrimiento: cuando uno sabe levantarse, encuentra el camino hacia la felicidad de la vida, de esa otra vida con la que tú sabes tener trato directo para sorpresa y alegría de quienes solo podemos sorprendernos, acompañarte y quererte.

Gracias, José Magín, tío y primo, por olvidarlo casi todo el uno y por recuperarlo casi todo el otro. Por estar donde estáis, por conservar la memoria o por desenterrarla entre legajos y archivos. Al fin y al cabo, seguís siendo “magines” y en esa enseñanza y en ese talante hay tanto que aprender como para nunca desfallecer. Gracias, Gonzalo González Laínez, por echarle un ojo a lo que has creído siempre una novela, aunque siga pensando que la ciencia de la vida está escondida en el guion que descubrimos cada día.

Gracias, Miguel Ángel González García, astorgano y sacerdote archivero, capaz de transmitir al investigador la idea cierta de que nunca está todo acabado. Gracias por encontrar y descubrir ese otro papel que está escondido en otro libro que nadie busca y poco tiene que ver con el proyecto original. Gracias, Miguel García Bañales, por tu modestia y tu callado esfuerzo de encontrar en la verdad histórica uno de los mejores caminos para llegar a la libertad y repartir justicia si en el empeño, todavía, eso es posible.

Gracias, Sonia Cobos y Esperanza Marcos; gracias, Teresa; y gracias a todas esas mujeres y hombres que en bibliotecas y archivos en Astorga, en León, en Madrid o en Washington, conseguisteis ayudar a un ciego para que viera la luz y descubriese entre legajos, cajas y documentos, verdades que el tiempo no ha conseguido borrar aunque no falten advertencias o miedos como el que «nuestros antepasados –me dijo un funcionario leonés– no nos las contaron y no somos ahora dignos de llegar a descubrirlas sin su permiso».

Gracias, Antonio Rodríguez de Peñaranda, porque desde tu empresa U.S.TAX CONSULTANTS has sido el encargado y mecenas de echarle “gasolina” a esta publicación a la que ha puesto alma, pasión y vida el editor Juan Manuel Martínez Valdueza, cerrando el círculo mágico al que pone sello EDICIONES LA CRITICA SL. y una portada de lujo de mi amigo y artista universal, Benito Escarpizo. Y gracias, Felipe Sahagún, porque además de amigo y compañero acabaste siendo el primer responsable de dirigir este proyecto. Porque fuiste el primero en decirme adelante y añadir «eres el único que puedes hacer este trabajo». Y después te convertiste en Felipe Maraña Marcos. Y así y de esa manera, volviste a dejarme al principio de todo, en ese punto donde uno nunca ha sabido qué fue primero, el magín o el revillo, las dos cosas o ninguna. O, simplemente, El Pensamiento Astorgano.

Astorga 2025


 

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN, 11

PARTE I. LA FAMILIA REVILLO

CAPÍTULO I. UN HOSPICIO, UN ANÓNIMO, 17

Astorga, cruce de caminos, 17 – Prima clerical tonsura, 22 – Un hospicio, un anónimo, 24 – Primeros coqueteos periodísticos, 28 – Heraldo Astorgano vs Luz de Astorga, 31 – Esquelas familiares, 33 – Esquinazo a la viudedad, 37 – Dedazo eclesiástico, 39.

CAPÍTULO II. EL PENSAMIENTO ASTORGANO, PROYECTO IDEAL, 51

El Pensamiento Astorgano, un proyecto ideal, 51 – Alevín al ataque, 54 – Primera firma en El Pensamiento, 56 – El Fresco, Astúrica y el fútbol, 000 – “Devotísima” declaración, 60 – Amigos y conocidos, 64 – Música, maestro, 66 – Premio a la constancia, 68 – Una familia de libro, 76 – El Candil vs El Pasatiempo, 78Periodismo y pluriempleo, 81.

CAPÍTULO III. ESPAÑA REPUBLICANA, 83

España, republicana, 83 – El Pensamiento, suspendido, 88 – Patriótica colaboración, 90 – ¡Arriba la bandera!, 92 – Jubilación, premios y homenajes, 95 – A vueltas con el Revillo, 100 – Adiós, don Magín, 103 – Los hijos crecen, 106.

CAPÍTULO IV. LA ESCUELA DE ASTORGA, 111

La Escuela de Astorga, 111 – Periodistas con carné, 112 – El Pensamiento, cedido, 115 – Mantecadas en Zarzuela, 119 – Premios y jubilación, 121.

PARTE II. NACE UN PERIÓDICO

CAPÍTULO V. SER PERIODISTA CATÓLICO, 129

Saludos fundacionales, 132 – Gestión económica, 133 – Precios y publicidad, 137 – Colaboradores y agencia, 142 – Esquelas y notas mortuorias, 145 – Poderes eclesiástico y civil, 147 – Alfonso XIII y Maura, en Barcelona, 148 – Ideario católico: buena prensa, 150 – Ser periodista católico, 152.

CAPÍTULO VI. LA REPÚBLICA EN ASTORGA, 155

Toros en domingo, 155 – Centenario de los Sitios, 156 – Cervantes, tercer centenario, 161 – Municipalerías, 163 – Reformas y mujeres, 167 – Propios y extraños, 169 – Muertos selectivos, 169 – Suscripciones populares, 171 – Canalejas, asesinado, 173 – Del tren a la vía, 175 – Maragato, militar y republicano, 177 – Guerras: Marruecos y Mundial, 179 – Papel prensa, la escasez, 182 – Agradecidos y bien nacidos, 185 – Militares al poder, 187 – Números y estadísticas, 190 – Los Reyes, en Astorga, 192 – Crisis, dimisión y dictablanda, 195 – Hacia la Segunda República, 198 – La II República en Astorga, 202.

CAPÍTULO VII. LLEGÓ LA GUERRA, 207

Constitución y Estatutos, 207 – Homenajes astorganos, 210 – Toribio Martínez Cabrera, 213 – Proyectos, obras y logros, 218 – Jóvenes con futuro, 222 – República, en descuento, 224 – Llegó la guerra, 226.

CAPÍTULO VIII. PATRIA, ESTADO Y CAUDILLO, 229

Héroes y villanos, 229 – Todo por la Patria, 232 – Bandera roja y gualda, 237 – Patria, Estado y Caudillo, 243.

CAPÍTULO IX. PARADA, TORRE DEL BIERZO, 249

Enfermeras en Somiedo, 249 – A golpe de parte, 259 – SOS: más papel, 263 – Marcar el paso, 267 – Parada, Torre del Bierzo, 273.

CAPÍTULO X. RIBADELAGO DESAPARECE, 283

Las cuarenta, en papel, 283 – Y llegó la paz, 290 – Un nuevo mañana, 298 – Lágrimas y lamentos, 305 – Cincuenta años, 313 – Industria y progreso, 321 – Juventud y juventudes, 328 – Polémica de piqueta, 333 – Ilustres y bellas, 338 – Ribadelago desaparece, 346.

CAPÍTULO XI. FRANCO HA MUERTO, 351

Los sesenta: el despegue, 351 – Panero y los demás, 355 – El Pensamiento, nuevo dueño, 359 – Ley de Prensa, ley Fraga, 366 – Extraterrestres a la vista, 373 – Vota al preferido, 378 – Revillo, no va más, 385 – Subirse o bajarse en marcha, 395 – Felipe García, presente, 400 – Franco ha muerto, 412.

CAPÍTULO XII. ÚLTIMO SUSPIRO, 421

Ladran, luego cabalgamos, 421 – Sí, para cambiar, 430 – P.A.L.I. y más, 437 – Último suspiro, 445.

PARTE III. CON LA IGLESIA HEMOS TOPADO

CAPÍTULO XIII. JULIÁN DE DIEGO GARCÍA ALCOLEA, 461

Siete prelados, 461 – Julián Miranda Bistuer, 462 – Ver para creer, 466 – Julián de Diego García Alcolea, 468 – Domingo, número extraordinario, 470.

CAPÍTULO XIV. ANTONIO SENSO LÁZARO, 491

Veintiocho años, no de paz, 491 – Nuevo plan de estudios, 493 – Programa pastoral, 495 – Medalla y suscripción, 496 – Derrota de Annual, 499 – De la Dictadura a la República, 501 – Iglesia y República, 504 – La Salle, clausurada, 510 – Octubre 1934, 512 – Nombres e historias, 514 – La hora de la guerra, 518 – Cuadros, procesiones y juegos, 525 – Bodas de plata, 528 – Papa muerto, Papa puesto, 532 – El Papa, Franco y España, 536 – Recta final, 539 – Cinco días de agonía, 000.

CAPÍTULO XV. JESÚS MÉRIDA PÉREZ, 549

Sede vacante, 549 – Jesús Mérida Pérez, 553 – Conseguidor, como antaño, 558 – Llegar a todo y a todos, 562 – Pasado presente, 566 – Diócesis, diez, 570 – La Salle dice adiós, 573 – Último viaje, 577.

CAPÍTULO XVI. MARCELO GONZÁLEZ MARTÍN, 585

Castelltort, Obispo, 585 – Sin palabras, 591 – Final sorpresa, 595 – Marcelo González Martín, 602 – Una radio por un altavoz, 610 – Obras son amores, 615 – Cinco años inolvidables, 622 – Barcelona, nuevo destino, 625.

CAPÍTULO XVII. ANTONIO BRIVA MIRABENT, 633

Una sombra alargada, 637 – Papas, cambios y relevos, 642.

PARTE IV. ANEXOS

ANEXO I. CRONOLOGÍA HISTÓRICA, 653

    1. Reinado de Isabel II, 653 – 2. Sexenio democrático, 654 – 3. Hacia la I República, 654 – 4. Restauración Borbónica, 655 – 5. Dictadura de Primo de Rivera, 663 – 6. Proclamación II República, 665 – 7. Alzamiento nacional y Guerra Civil, 665 – 8. Dictadura franquista, 667 – 9. Transición democrática, 672.

ANEXO II. COLABORADORES DE EL PENSAMIENTO ASTORGANO, 675.

ANEXO III. DOCUMENTOS, 705.

Relación de documentos, 705 – Documentos, 709.

ANEXO IV. “SONIDOS Y MIRADAS”, 873.

BIBLIOGRAFÍA, 875

Libros, revistas y artículos, 875 – Páginas web, 876.

ÍNDICE ONOMÁSTICO, 877.

El Pensamiento Astorgano (1904-1979) Historia impresa de la Ciudad

Autor Magín González Rubio "Magín Revillo"
Portada Ver portada
Editorial ELC
Año 2025
Idioma Español
Encuadernación Rústica con solapas; 17,6 x 25 cm
Nº de páginas 896
ISBN 9788412967555

Magín González Rubio "Magín Revillo"

Magín González Rubio

MAGÍN GONZÁLEZ RUBIO "Magín Revillo"

“Magín Revillo”, nació en Oviedo en 1955. Es astorgano por raíces y vocación. Periodista desde que olió la tinta de El Pensamiento Astorgano, el trisemanario familiar al que llegó siendo la cuarta generación. Ha trabajado en prensa (La voz de España, Diario 16), radio (RNE, Onda Madrid, La W) y televisión (Telemadrid). Es doctor en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. EL ERE de RTVE le sorprendió después de una década de ser corresponsal de Radio Nacional de España en los Estados Unidos (1999-2009).

Tiene premios y reconocimientos nacionales (Ondas, Pablo Iglesias, Mejor programa “La Radio es Suya” de Directores, Mejor programa “No es un día cualquiera” del Club Internacional de Prensa) e internacionales (Mejor informativo “24 horas” según la Conferencia Internacional de Radios Libres celebrada en Toronto (Canadá) en 1977).

En la actualidad, mantiene una página web y promociona en redes EL PENSAMIENTO ASTORGANO, colabora en medios digitales (Astorga Digital) y apoya todas las iniciativas y actividades que desarrolla el Archivo Diocesano de Astorga.

Ver todos los libros del autor

Valoraciones

No hay valoraciones aún.

Solo los usuarios registrados que hayan comprado este producto pueden hacer una valoración.