Descripción
Este ensayo sobre la Teoría del Arte se refiere en los términos más directos al estudio de los símbolos arquitectónicos (conscientes) y cómo influyen en los seres humanos y sus problemas individuales (inconsciente). La única manera de comunicarnos con él –principalmente por medio de los sueños (reales o imaginarios)– demuestra la importancia de soñar en esta vida.
Para el arquetipo junguiano el sueño «es una expresión integral, importante y personal del inconsciente individual. Y es, precisamente, tan real como cualquier otro fenómeno concerniente al individuo». Acaso por tal motivo el «sueño de Gaudí» no fue del todo una cuestión casual, pues además de onírico se sostenía mediante el glosario de significados simbólicos; lo que demuestra el quid de la cuestión ante el reiterado interés –casi obsesivo– por los símbolos del inconsciente que Antonio Gaudí mostró en vida.
“Cuando la mente explora el símbolo, se ve llevada a ideas que yacen más allá del alcance de la razón». Tal opina Carl G. Jung en su obra póstuma: El hombre y sus símbolos.
Tratar, pues, de captar el lenguaje gaudinista con las deficiencias de los cinco sentidos es craso error y querer analizar las formas ideadas por un genio de la Arquitectura según la percepción limitada del mundo que nos rodea, nos resultará del todo fútil. Pero en cierto modo ellos (los sentidos) son los encargados de llevar el análisis y su raciocinio, del reino de la realidad al de la mente.
Tal es el viaje que el ávido lector debe realizar cuando se adentre en el particular mundo de las «formas gaudinianas»; pues por mucho que pretenda alcanzar el límite de certeza en aquello que a simple vista aprecia, existe una barrera infranqueable que no puede rebasar el conocimiento consciente. ¡Es aquí donde debe dejarse llevar por la imaginación y permitir que su inconsciente llegue a pergeñar atrevidas ideas! Luego la obra de Gaudí se le mostrará en toda su amplitud… y seguro es que ha de cautivarle.
J.F. Chimeno
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