Descripción
ROMA, DEL PAGANISMO AL CRISTIANISMO (EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO DE ROMA)
Fernando Álvarez Balbuena
En los ya lejanos años de mi bachillerato, el estudio del latín (que, junto con las matemáticas, constituían el escollo más duro de superar), me hizo aprender, sin embargo, a admirar a Roma y a todo lo que su civilización ha representado en la historia de occidente.
Heredera de la Grecia clásica y de la filosofía helénica, del urbanismo y de los logros de aquella civilización, se mostró más viva y más innovadora, más pragmática y, desde luego, más inquieta por extender su poder y su superioridad al resto del mundo conocido y con su imperialismo y su afán de ser rectora del mundo, transmitió también su cultura y su civilidad, superando en gran medida sus propios orígenes y engrandeciendo, a la vez que los sometía, a cuantos pueblos llegó su poder y su influencia.
Además, y a pesar de que la palabra imperialismo se ha desvirtuado en los tiempos presentes cargándola de un marcado sentido peyorativo, en lo concerniente a Roma está menos que justificada dicha descalificación, pues el Imperio Romano fue una ingente y meritoria construcción de pueblos y no meramente un sometimiento de los mismos a su poder militar.
Roma llevó la civilidad, y por ende, la civilización a cuantas naciones puso bajo su dominio, convirtiéndolas en provincias romanas y ejerciendo en ellas una labor de educación que fue desde la higiene pública hasta la sabiduría académica.
Promovió Roma, además, la continua enseñanza de otras muchas virtudes humanas, cívicas y políticas que a lo largo de estas páginas iremos observando.
Fernando Álvarez Balbuena
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