ELC – EDICIONES LA CRÍTICA

Sobre el mundo espiritual

Descripción

PRÓLOGOJosé María Sánchez de Toca y Catalá[1]

Apariciones marianas, hechos sobrenaturales y la vida de la Virgen María son temas que pocas veces se tratan de modo satisfactorio en las pantallas de televisión y que, sorprendentemente, nunca o rara vez son objeto de homilías dominicales. Esperanza Ridruejo Brieva, Pitita Ridruejo, nos cuenta en este libro los hechos sobrenaturales que ha llegado a conocer, unas veces como testigo presencial, y siempre cerca de los acontecimientos y de sus protagonistas, y da su testimonio de unos acontecimientos que interesan a todos pero que pocos se atreven a divulgar. El Papa Benedicto XVI ha recordado recientemente que la primera exigencia de la caridad es transmitir la verdad, y Pitita nos cuenta sin complejos, ella que está acostumbrada a defender la verdad sin dejar su serena elegancia, lo que ha aprendido acerca del mundo sobrenatural.

El libro empieza con un juicio sobre el estado del mundo que sirve de arranque y justificación para hablar de las apariciones; un juicio tan exacto como sobrio porque éste es un libro sin palabras inútiles y su estilo recuerda el consejo de Gracián: más quiero quintaesencias que fárragos. Luego comienzan la descripción de apariciones marianas, naturalmente sólo una selección, porque son incontables y a lo largo de la Historia ha habido más de las que tenemos noticia. Las apariciones de la Virgen se vienen produciendo desde los mismos orígenes de la Cristiandad, y los españoles guardamos amorosamente la creencia, avalada por el abrumador testimonio de muchos místicos, de la aparición de la Virgen a Santiago para dejarle un recuerdo de jaspe en el Pilar de Zaragoza. Pero es razonable suponer que el corazón de la Virgen no limitara sus consuelos a Santiago y confortara también a los demás apóstoles. La Virgen, a quien Jesús confió su Iglesia, llevaría su fuerza y su ternura a los cristianos perseguidos del orbe romano; no tenemos memoria escrita de ello, pero nada hay que nos impida creerlo. Y después, a lo largo de veinte siglos, el mundo se ha llenado de ermitas, capillas, lugares y topónimos que recuerdan y evocan miles de apariciones de la Virgen, seguramente una ínfima fracción de las que ha habido.

Si al principio la Virgen se aparecía para consolar y alentar a los mártires, después, durante mucho tiempo, las apariciones sirvieron para crear lugares de oración y sanación de almas y cuerpos que se convirtieron en destino de peregrinaciones y romerías. Pero a partir del siglo XIX, y precisamente en Francia, allí donde más virulento había sido el ataque a la Iglesia, las apariciones dieron mensajes, que al principio eran también de curación, pero que enseguida adquirieron carácter de graves amonestaciones a una humanidad empantanada en crecientes dificultades morales y sociales.

Estas apariciones con mensaje, al principio escasas, saltaron a Portugal a comienzos del siglo XX y poco después se multiplicaron; cada vez hubo más lugares de apariciones, más apariciones en cada uno de ellos, más mensajes, y más urgencia. Aunque las apariciones marianas son un fenómeno mal conocido, poco investigado y sin cuantificar, no es inverosímil suponer que actualmente sean miles los lugares de apariciones marianas en todo el mundo.

La selección de Pitita recoge con acierto apariciones, actuales o remotas, en España y en el extranjero: nos habla del Pilar, de Covadonga y de los dos Guadalupes de España y de México, ésta última con las tiernas palabras del Nican Mopohua del notario real de Ciudad de Méjico. Después describe las apariciones que se produjeron en Francia en el siglo XIX, y las del siglo XX en Fátima, Tuy y Pontevedra, Bélgica, Francia, Italia, Filipinas, Holanda, Puerto Rico, Egipto, Japón, Venezuela, Ruanda, Yugoslavia, Argentina y Kenia, antes de hablarnos de cuatro lugares de apariciones de la España moderna: Garabandal, El Escorial, Pedrera, Gibraleón.

La autora sabe bien de lo que escribe porque a veces ha sido testigo directo de lo que relata, otras ha podido entrevistar personalmente a los videntes, y en una ocasión tuvo en sus propias manos la terrible experiencia de una imagen de la Virgen que sangraba abundantemente; describe con sencillez, sin artificios y con pocos calificativos, para que sean los hechos quienes hablen por sí, aunque preguntándose en ocasiones cómo es posible que no hayan merecido más atención de teólogos y científicos.

La segunda parte del libro entra en diversos Hechos sobrenaturales, y las apariciones marianas dejan paso a un mosaico de temas sorprendentes, una vidriera de hechos distintos y de muy distinto orden, porque el mundo sobrenatural es más rico que la propia realidad física. En realidad, cuando decimos “mundo sobrenatural” estamos dividiendo la realidad en un mundo natural y otro sobrenatural, pero eso es una percepción errónea porque no hay dos Creaciones distintas, sino una realidad única de la que sólo somos capaces de percibir una mínima parte. Nuestra capacidad de percepción de la realidad, es decir, la posibilidad que tenemos de enterarnos de lo que hay fuera de nosotros mismos, está drásticamente limitada por los cinco sentidos, y tendemos a desconfiar de lo que no hemos visto, a pesar de que la Ciencia nos ha enseña-do que hasta en el mundo físico hay cosas que escapan a nuestra percepción: campos de fuerza, radiaciones fuera del espectro de la luz visible, ultrasonidos, o los densos núcleos de materia de los agujeros negros. La realidad completa, la realidad de verdad es más rica que la realidad física que escasamente adquirimos por los sentidos.

Por eso los hechos sobrenaturales de esta segunda parte son muy diversos: el misterio de los corporales de Da-roca, perfectamente documentado en un largo proceso judicial que duró veinte años; el descubrimiento de la casita de la Virgen y San Juan, cerca de la costa de Anatolia, hallada gracias a las palabras de una monjita alemana que no se había movido nunca de su pueblo; el polícromo universo angélico; los estudios sobre la Sábana Santa de Turín y sobre el Santo Sudario de Oviedo; los cuatro dogmas marianos que muchos aspiran a que sean cinco con la proclamación del dogma de la Mediación Universal de María; o el milagro de la Danza del sol, fenómeno inclasificable pero del que han sido testigos centenares de miles de personas en distintos lugares del planeta. Esta segunda parte termina abordando el tema fascinante del Apocalipsis y el Fin de los Tiempos.

La tercera y última parte de este libro es una breve pero intensa biografía de la Santísima Virgen, que la autora elabora con datos de diverso origen, procedentes de místicos y tradiciones venerables. En esta parte, más breve aún que las demás, los párrafos de revelaciones privadas y viejas tradiciones se alternan con pasajes del Evangelio, porque los Evangelios canónicos, incluso el de San Lucas, que probablemente interrogó directamente a la Virgen, dicen muy poco de la Madre de Dios. Y es que mucho de lo que la Iglesia cree y ha creído siempre acerca de María, como su Presentación en el Templo, la vara de San José o los nombres de los padres y abuelos de la Virgen, no está en los cuatro Evangelios canónicos sino en tradiciones venerables o evangelios apócrifos. La mística alemana Ana Catalina Emmerick señaló a principios del siglo XIX que los Evangelios guardan silencio sobre los hechos de la Virgen porque si los evangelistas hubieran hablado más de ella, los primeros cristianos habrían caído en la herejía y la hubieran adorado como diosa. De hecho, son muchos los protestantes convencidos de que el amor que tenemos los católicos (y no pocos protestantes) a la Santísima Virgen raya en idolatría y nos distrae de la adoración al Dios único. Afortunadamente dos milenios de Cristiandad han demostrado que el amor a la Madre no puede apartar del Hijo, y que Ella se vale de este amor para llevarnos a Jesús. Y así este libro concluye con una vida de María entre-lazada con la vida de Jesús, una especie de “evangelio mariano según Pitita que se lee de un tirón.

Todo este libro es atrayente, emocionante, sugestivo e incitante, un estímulo intelectual y espiritual, contado con estilo sobrio y ágil, nada enfadoso, que tiene la libertad y firmeza con la que su autora sabe defender la verdad. Un libro lleno de vida que despertará la curiosidad de muchos contemporáneos; un libro que se leerá deprisa la primera vez y que luego volverá a leerse más despacio muchas veces más.

[1]  JOSÉ MARÍA SÁNCHEZ DE TOCA Y CATALÁ. Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, General del Ejército Español y escritor.

Sobre el mundo espiritual

Autor Esperanza Ridruejo Brieva (Pitita Ridruejo)
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Editorial AKRÓN

Esperanza Ridruejo Brieva (Pitita Ridruejo)

Esperanza Ridruejo Brieva (Pitita Ridruejo)

ESPERANZA RIDRUEJO BRIEVA

Pitita para todos, forma parte del imaginario español y de más allá, desde hace décadas. Mujer extraordinaria, elegante y culta, debe sus valores, como no podía ser de otro modo, a su preclara inteligencia y a su formidable sensibilidad. No es extraño que a estas alturas acumule docenas de premios y reconocimientos, en torno todos ellos a sus destacados valores humanos.

Pensadora, escritora y conferenciante –son cientos las conferencias dictadas por las tierras de España e innumerables sus intervenciones en los medios de comunicación, prensa, radio y televisión–, nos ofrece en éste, su cuarto libro publicado, un interesante recorrido por ese mundo tan especial, tanto para creyentes como para no creyentes, que es el mundo de la Virgen María.

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